Martorel, 17 octubre de 1809.
Mi muy venerado y estimado padre de mi corazón: ayer, a las tres de la tarde, llegaron las deseadas patentas [sic] para este regimiento y, entre·ellas, llegó también la mía, gracias, gracias a Dios y a Nuestra Madre de la Merced por lo que, ofreciéndole de nuevo este, mi empleo de alferez, le suplico se sirva darme su bendición para que, con ella, pueda disfrutarle con satisfación y sacrificar la vida por la religión y patria hasta que corre sangre en mis venas y, con ella, aumentar las honrras y glorias de·la familia de Jover. Espero, con el fabor de Dios, que, quanto antes, seré tiniente [sic], pues nos falta todavía onze oficiales para el completo del regim[ien]to. Me perdonará de aberme propasado en tomar una onza de Fran[cis]co Rotg, alies lo Roset, pues son muchísimos los gastos he tenido que hacer, pero los he acabado ya, pues ya tengo pan para toda la vida y no tengo de menester nada más. Las muchas ocupaciones del despacho no me dejan ser más largo, pues todos los días pasan de siete horas las que estoy en la oficina. Dios g[uar]de a v[sted] los m[ucho]s a[ño]s le desea este su muy humilde y obediente hijo que tanto le ama,
Gaspar María de Jover
Expr[esion]es a todos los parientes y un abrazo a Sumptita y Pauet.