Vendrell, 1 dez[iem]bre de 1809.
Mi·muy venerado y estimado padre y muy señor mío: acaban de entregarme una carta de mi muy estimado hermano, en la que me dice que nuestra pariente Jover de Agramunt les a escrito a v[ste]des para·que le remitieran unas puntas o blonda que una señora de Ygualada me entregó a mí para·que las diera a manos de d[oñ]a nuestra pariente. Pues siento mucho que dicha señora no las aya recibido todavía, por lo que, immediatamente de recibida, hará el fabor de escribir a la señora Mariagna Guiu de Cervera para·que le diga a quién y cómo se llama el sugeto que entregó el recado que yo le entregué q[u]e hiciera a manos de la Jover de Agramunt, pues ya no me quiero yo fiar de semegante muger, pero como dijo ella que tenía una buena proporción, fui fácil en dársele, pero no es regular que se pierda.
Sabrá v[sted] como la Junta Central envía dos millones de pesos a esta provincia de Cataluña para·que ponga immediatamente en execución el plan formado de esas legiones que, entre todas, tienen de constar de unos cinqüenta mil hombres. Nos envía también dicha Junta 3 mil caballos, bien que los mil dos_cientos son para completar los regim[ien]tos de caballería de Santiago, Úsares españoles y Alcántara, por lo que espero que, quanto antes, saldré teniente, pues bamos a formar el quarto esquadrón que nos falta por aberse quedado en las casullas y este aber mandado la central que formara un regim[ien]to que se titula 2 de Santiago. Las noticias de las Castilla por·haora son bastante satisfactorias. Dios quiera que continuen. En Gerona no ay que temer nada, por más que se ha retirado una divición de nuestro exército, pues, aunque # diga que está abandonada dicha ciudad, no lo crea v[sted], pues tenemos todavía allí gente bastante y Gerona tiene quevíveres para cinco o seis meses.
El otro día, en San Feliu, una partida de mi regim[ien]to pilló los dos cañones que tenían allí los franceses, degollándoles dos guardias, las quales se componían de unos 32 hombres y un capitán, pero los malditos paisanos de aquel pueblo (que merecería quemarlo) fueron causa que, al cabo de una media hora, tubieran que abandonarlos, pues de las ventanas y texados les causificaban a balasos y pedradas, abiéndonos muerto diez caballos, cinco hombres y un teniente, que era de los húsares españoles y un distinguido y herido capitán nuestro que mandaba d[ich]a partida, que constaba de unos cien hombres. Todo esto tubo la culpa la infantería·de Antequera, que después de aberlos llevado a la grupa desde Martorel, apenas hoieron el quien viva de la centinela fransesa, que se escaparon corriendo a la montaña y los de mi regim[ien]to apretaron a escape en d[ich]o pueblo, abiendo el capitán nuestro muerto # centinela en un sablazo que le # y en_seguida degollar todas sus gu[a]rdias. Hubiera sido una función muy bonita a·no aber los paisanos faboresido a los franceses y aber echo fuego a nosotros, prueba·que tenemos tres soldados todos taucados de perdigones, lo que no·gastan los franceses ni ninguna tropa. Algún día puede que pagarán ellos la fiesta. No puedo más, mande v[sted] su humilde y obediente hijo que de corazón le ama.
Gaspar María de Jover
Me hará v[sted] el fabor de escribirme si se ha marchado mi hermano en Lérida y si tiene ya las puntas la parienta Jover de Agramunt. Voy aprisa y perdone v[sted] la letra.