Berga, 3 de nob[iemb]re 1834
Amados her[ma]nos: esta tarde he recivido la tuya del 27 en q[u]e no he podido menos q[u]e de llorar a lágrima tendida y no poder leer, pues q[u]e me parece inpocible q[u]e n[ues]tra hermana aya dejado de existir. Yo la bi muerta y toqué y, aún me parece q[u]e no puede ser. A la tarde se rio bastante y con Desumbila también, q[u]e llegó a quartos para las seis y, a las doce murió. El bómito la aogó, q[u]e dicen fue un tumor q[u]e se le rebentó. Abía muchos días q[u]e estaba baldada enteramente y nesecitábamos sacar todas las fuerzas María y yo para subirla a la cama, pues q[u]e no quería nadie más, aunq[u]e muchos se me ofrecían. Los s[eño]res de Roca_figuera me llebaron el luto y me dejaron su sepultura en la iglesia. Tube amigos q[u]e se me ofrecieron de corazón, pues q[u]e en hesos casos tan amargos son quando se nesecitan. No querían q[u]e me fuese hasta aberme restablecido un poco, mas el s[eño]r de Desumbila se me quiso llebar porq[u]e dijo q[u]e allí no haría nada. En hesa parte tubo razón. De la cama me pusieron a caballo, q[u]e padecí mucho, y luego q[u]e llegué me metí en ella, abiendo estado tres días más. Todavía no me encuentro buena. Abía muchos tiempo q[u]e mi espíritu padecía demaciado, biéndola padecer. Aún dos o tres días antes de morir dijo a María: la pobre Luisa cómo se a consumido conmigo. Todo son recuerdos tristes.
Días pasados te escriví. No creo q[u]e la ayas recivido porq[u]e dicen q[u]e el correo se estravió. Te pedía un consejo, pues ya abrás bisto el testamento q[u]e Felipe te mandó. Quiere una conpocisión q[u]e nadie lo sepa y me a echo decir q[u]e Úr[sul]a no tenía casi nada para disponer. Unas mil, no más. D[oñ]a Asª tiene un coraje terrible. El hotro día riñó con las muchachas de Rocaf[iguer]a q[u]e fueron a darle el pésame. Les dijo q[u]e ellas tenían la culpa de yo aber benido. Mil disparates, q[u]e no quieren bolber más. Cosas me han dicho q[u]e me he quedado atónita. Q[u]e se quería bestir de gala: q[u]e cabeza, ynterés maldito.
Oy he mandado un propio a Ripoll, por el test[ament]o auténtico y, al mismo tiempo, pagar alguna deuda, como es de ent[ierr]o, médico, etc. Beo lo q[u]e me dices de los 15 duros. Ya te abisaré de todo. Mandad cómo gustéis a·la herm[an]a q[u]e hos ama. Mañana será regular beré al méd[ic]o,
Luisa
[P.D.]: A Pepa q[u]e me alegro del alibio. Ya reciví el bestido. Haora nesecito la mantilla de luto, q[u]e está en el cajón de más ar[r]iba.