Gerona, 22 mayo de 1839
Apreciado amigo: tengo recivida la cesta junto con la seda y, lo mismo q[u]e recibida la partida enbiada de d[o]n José, pues q[u]e hemos quedado corrientes con el s[eño]r Yglesias y ésta le servirá a V. como de recivo (ahunq[u]e no es menester) entre nosotros y repito de todo las gracias. Hasta otra vez, ahun_ q[u]e mejor sería poderlos gastar juntos, pero ya q[u]e así Dios lo dispone hágase su boluntad. Mucho me gusta ese conduchto, por_q[u]e de esta manera quedará entre nosotros y nadie más, pues q[u]e a V. no es menester decírselo, q[u]e en ésta no lo sabe más q[u]e el s[eño]r canónigo y, así, ba mucho mejor para todo.
La seda a·sido puntualmente como la primera y, si no tengo bastante y tengo proporción, les molestaré más. El sesto este no era necesario enbiarle, pero ya está, dejarle, le alegro q[u]e todos estén buenos. Mil saludos a Rosita, otros, tantos besos a mi querida Pichona, tantas cosas a Pepa, su esposo y demás. El exs. d[a]dor ya nombrado les saluda y acá en casa estos señores, quedando a·su disposición en todo esta su amiga y S. Q. S. M. B.,
Mercedes Saballs
P.D.: Me quedé parada quando las monjas Quintanas me dijeron q[u]e abía muerto la s[eño]ra del s[eño]r Pedro. Estrañé no me lo hubiesen u[ste]des escrito. Dios la tenga en el cielo. Haga el favor de darle el péseme [sic] y q[u]e le acompaño en el sentimiento, con espreciones y quisieran saber de la monja su cuñada cómo está.