Bar[celo]na, agosto, 14 de 1824
Muy s[enyo]r mío de mi mayor afecto: con el apresio q[u]e V. se merese resiví su favoresida, su fecha es del q[u]e sigue y, enterada de su contenido, digo a V. q[u]e es una verdá yndudable lo q[u]e V. dise q[u]e por los efectos se sacan las causas y, a·mi modo de entender, tanbién de las causas nasen los efectos y, cómo la causa que muebe mi gratitud es el gran bien q[u]e he resivido de Ves. y el cariño q[u]e a todos Ves. profeso dimana de las relebantes prendas y amabilidá de Ves., siendo tales las causas no pueden ser menos los efectos ni podrá jamás mi corazón reconosido dejar de manifestar sus vivos sentimientos, pues yo tanbién en el largo espasio q[u]e he tenido el gusto de disfrutar el favor de Ves. e·conosido muy a·fondo las brillantes sircunstansias de V. y en_tendí muy bien q[u]e su bello corazón de V. sentía el sublime placer de ser útil a una desbalida, proporsionándome con su mucha afabilidá la buena acogida de su amable casa, sin cuyo asilo me ubiera bisto en la yndigensia q[u]e las demás señoras de mi clase, cuyo fino proseder no se borrará jamás de mi memoria, con lo q[u]e debe V. quedar conbensido q[u]e no soy yo la q[u]e estoy adornada de las sircunstansias con q[u]e V. me favorese, q[u]e es V. quien las posee y si cuanto e·conosido de su buen modo de pensar tubiera q[u]e expresar muchísimo más de lo q[u]e llevo dicho, pudiera desir, pero basta q[u]e mi corazón en_ternesido sufre mucho de no poder corresponder en nada a la gran generosidá de tan bellos amigos.
Bamos al asunto. Queda a·mi cuydado guardar el ynpreso, el q[u]e esperava resivir para escrivir Fornàs, lo q[u]e verificaré cuando sea menester y no me admira esté V. yndesiso porq[u]e yo aría lo mismo en ygual caso.
Tenga V. la bondá de desir a·mi amada Grasieta q[u]e cuando le mandaré el librito y a_banicos, le daré razón de las camisas, q[u]e las q[u]e he bisto no tienen nada de particular, sirviéndose V. dar a essa mi estimadísima niña, las más finas ex[presion]es sin olvidar a la muy apresiable d[o]n Maria Llusia, señoritos y a·todos los religiosos q[u]e están en essa.
Al s[enyo]r d[o]n Juan le e·bisto repetidas beses, q[u]e a·benido para el asunto de pisos q[u]e es un tuburdillo este pueblo, q[u]e se tiene de tener mucho cuydado en aberiguar a·dónde una se mete, pues a·su prima de V. le susede el chasco q[u]e se a·mudado en un piso en dónde vivía la muger más pública de Bar[celo]na y a·todas oras ban unos y otros a·llamar a la puerta, de suerte q[u]e yo aun no he estado a·berla. En mitigándose el calor yré.
Tanto el s[enyo]r de Calva como Jatue [sic] y las señoras, todos con el más fino afecto saludan a Ves. y, singularmente a V. i·no menos esta su reconosidísima servidora, q[u]e deseosa q[u]e V. la mande que queda con el deseo de complacer a V. y B. S. M.,
María Mercedes Vives
[P.D.]: Según me dijo el padre provinsial de capuchinos por octubre ya podrán yr a·dormir al conbento.
Y el general francés a ofresido a los fransiscanos q[u]e pronto les desocuparan el conbento q[u]e ya lo estaría si no fuese el yntendente fransés q[u]e repugna mucho en ello.
Y los agonisantes están ya corriente, único q[u]e tiene de bueno este pueblo son las funsiones de yglesia, q[u]e lo demás todo es detestable.
Según a·dicho uno q[u]e a·benido de Cádis, sabían por un barco q[u]e llegó en aquel puerto, q[u]e en Cuba ay la fiebre amarilla.
Procure saber en dónde vivía la s[enyo]ra de Noubilas para tener el gusto de berla y abía ya marchado.