Vich, 7 de febrero de 1848
Mi amada esposa: por la tuya del 5 y hoy la de Luis, he visto con singular satisfacción q[u]e Valentín continuaba en su mejora, pero tan tenaz como siempre en adoptar la idea o método curativo propuesto. Si fuese el parecer de un médico o el de muchos reunidos no estrañaría su opisición [sic], pero cuando es de varios, ignorándolo cada uno de p[o]r sí el parecer de los otros y todos opinan lo mismo, debe estar seguro y convencido q[u]e aciertan y q[u]e nosotros no lo intentariamos. Si no hay medio de persuadirlo, bajaré. Di a Luis en orden a lo q[u]e me habla de Valentín y Serra, q[u]e como aquel luego q[u]e se halle en disposición de subir lo tendremos en casa hasta q[u]e se halle o encuentre radicalmente curado y yo cuando baje lo trataré con d[ic]ho s[eño]r p[ar]a acordar con él lo q[u]e sea conveniente p[ar]a mi hijo. Bastará q[u]e le diga q[u]e cuando pase a esa capital lo hablaré con d[ic]ho s[eño]r. Felicita a Luis p[o]r su examen.
Nosotros no tenemos novedad en la salud y también tenemos un tiempo hermosísimo.
Luis me dice q[u]e recibiremos p[o]r el omnibús las cestas con alguna espresión, q[u]e os agradecemos y acusaremos su recibo p[o]r el mismo y, en cambio, enviaré p[o]r el propio algún dinero y, si bien no es mucho, con todo, como no me has contestado si lo necesitabas, a pesar de habértelo escrito, espero me dirás lo q[u]e hayas menester, pues quiero q[u]e nada te falte y te dibiertas mucho, q[u]e bien lo mereces, después de tantos años de ser una verdadera crisálida.
Dice Luis q[u]e eres visitada p[o]r todas las notabilidades de Barcelona y q[u]e se conoce q[u]e eres la muger de un diputado, pero ya q[u]e era el verdadero diputado, no lo era tanto o nada. Así van las cosas del mundo, pero yo estoy más ufano de esto q[u]e si lo hiciesen conmigo.
Disimula q[u]e no me alargue y con abrazos de tus hijos dispón de tu esposo q[u]e te quiere,
Fran[cis]co