Tortosa, 22 mayo de 1825.
Muy señor mío: recibí·la muy apreciada suya, f[ec]ha 17 del corriente, en la q[u]e veo disfruta de perfecta salud. Yo por haora [sic] sigo lo mismo. El·niño tres días ace q[u]e tiene ya apetito, está muy contento con·las longuanisas, solo dice q[u]e le·guarde un pedacito a Mig[u]el.
El 24 del corriente salgo de esta y puede v[sted] contar para salirnos a recibir el·niño. He resuelto el·marchar porq[u]e, aunq[u]e me falta alguna cosa, el ordinario dice q[u]e suplirá la cantidad q[u]e v[sted] a·mandado, ya la tenía tomada del mismo padre del ordinario para pagar la temporada de aguas. Para pagar la casa, ya veré cómo lo aré, veo q[u]e cada día es lo mismo y, ací, no puedo por menos q[u]e ponerme en camino, porq[u]e los gastos tan grandes conosco q[u]e nadie los puede soportar. Sobre todo no me escriba, aun·caso q[u]e tenga novedad, ya se·lo escribiré. A_diós, asta que nos veamos, ya puede pensar el·día. No cansándole más, puede v[sted] mandar como siempre a su invariable mientras viva,
Fran[cis]ca Leal