Huesca, 16 9bre de 1804.
Mi querido padre: ayer tarde, a las cinco, llegamos a esta habiendo logrado (a Dios gracias) un viage felís que no lo hemos podido desear mejor. Entramos por el portal de S[an]ta Teresa y, casualmente, el s[eño]r alcalde m[ayo]r de esta estaba en los de guardia y, habiéndome preguntado de dónde éramos, le dije nuestra patria y apellido, quien, al oir que éramos de Jover, nos mostró una grande voluntad, nos preguntó dónde iríamos, nos dijo que, habiendo recibido la carta de v[sted] nos había buscado casa y que miraría mucho por nosotros, pues·que éramos los hijos de un íntimo amigo suyo.
Esta mañana nos ha enviado un ministro a darnos la bienvenida de su parte, después a las nueve hemos ido allá en su casa, nos quería hacer tomar xocolate y nos ha reñido porque no hemos ido a tomarle allí. Nos ha enviado a la casa que nos había buscado para·que nos conveniéssemos con el precio y fuésemos después a decirle si estábamos contentos. Ha querido ver también a nuestros compañeros y nos ha ofrecido todo lo que podía ofrecernos y que fuésemos a su casa con la misma livertad que con la nuestra. En fin, veo que hemos encontrado un buen amigo y protector, pues se conocía que las ofertas iban de corazón. Ha enviado a buscar nuestra patrona y le ha dicho que nos tratasse como si tratasse a él mismo. Nos ha dicho también que oy mismo nos buscaría·los catedráticos para todos y nos ha hecho después un sermón muy cariñosam[en]te, exortándonos al estudio, de modos que hemos quedado muy prendados de él.
Esta ciudad me parece buena, buenos ciudadanos. Aún no hemos visto más que una pequeña parte. Estamos en la plaseta calle de nueva, en casa la Gayana, al lado delante de casa el secretario de la Universidad, tenemos buenos quartos con huerto al medio de la ciudad, cerca de la Universidad y de la catedrál y también cerca del correo. Diga v[sted] a casa de los otros compañeros que hemos llegado muy buenos y tenido nuestro viage a toda nuestra satisfación. Expresiones a todos los parientes, a la Sumtita, un abraso. Dios g[uar]de a v[uestra] m[ercè] m[ucho]s a[ño]s como le pide qui [sic] más de verás y corazón le ama y obedecerá sus preceptos, su hijo,
Ramón María de Jover
Gaspar María