Zaragoza, 1 de febrero de 1806.
S[eñ]or d[octo]r d[o]n Ramón Jover
Muy s[eñ]or mío y dueño: en contestación a la muy apreciable y favorecida de v[sted], q[u]e recibí en fecha de 16 del vencido, debo decirle con toda sinderidad q[u]e se me pasó por alto el contestarle luego de su recibo. Habrárá v[sted] quizá estrañado mi dilación y demora, no es efecto de olvido, de otra suerte sería faltar a las oblicaciones [sic] o vínculos de una pura y verdadera amistad.
Aunque poseerá [sic] la eloqüencia y elegancia de un Cicerón, no serían suficientes los términos para expresar la aplaucible [sic] complacencia y regocijo que me causó su apreciable carta. Me reconosco obligado a la correspondencia de tan apreciable amigo y siento en el alma el hallarme ausente de sus bellas prendas y amable compañía.
Nuestro amigo Suñer le saludó con todos los demás amigos, q[u]e le debuelven finas espresiones. Es tarde y se va luego el correo y, con esto, tendré el honor y gusto de ofrecerme bajo las órdenes de v[sted], las q[u]e respetará y cumplirá con el mayor afecto y exactitud su más afec[tísi]mo amigo y seg[ur]o serv[ido]r, q[ue] l[as] m[anos] de v[sted] b[esa],
Fran[cis]co Vidiella
Amigo d[octo]r d[o]n Ramón Jover