Huesca, 20 noviembre de 1806
Amado padre mío: después de haber estado bastante incómodados por el camino con los burros y la boira que nos acistió hasta Tamarite y después desde Selgua hasta la Pertusa, lleguemos [sic] en esta el sábado por la noche con salud, que deseo logren v[uestras] m[ercede]s.
Tenemos nuestra habitación al medio del coso, no muy lejos de casa La Estanosa y del conv[en]to de Agustinas Calsadas. Estamos los dos y otro condiscípulo de Gaspar hijo de Bar[celo]na, llamado Sebastián Patiño y Garcini, sobrino del intendente de Zaragoza. Nuestros paisanos Reguarts y otros dos, Girona y Ribera, están más arriba en la misma calle. Este año nos han quitado la fiesta del jueves en todas las semanas y se admiten matrículas hasta el mes que viene. No he escrito antes a v[ste]d porque pensaba escribir por Minguell y, pensándonos que no se iría hasta el lunes, se fue el domingo por la tarde y cerca la noche sin despedirnos.
El s[eño]r mestre_escuelas, alc[ald]e m[ayo]r, Ladrón y demás señores están buenos, han dicho que escribirían a v[ste]d al visitar por la noche. En el domingo encontremos [sic] al corregidor o governador, a su parienta y familia, desde allí nos fuímos con los alcaldes en casa de d[ich]o gobern[ado]r, nos hizo subir y nos ofreció su casa y haberes, convidándonos a que fuésemos allí a pasar alg[uno]s ratos, lo hemos practicado y nos hacen muy buena acogida. Faltan por llegar muchos catalanes y han llegado muchos desde que estamos aquí.
Dios conserve la vida de v[ste]d m[ucho]s a[ño]s, como le suplica su más humilde hijo, que le ama como debe y s[us] m[anos] b[esa],
Ramón María de Jover