B[arcelo]na, 30 julio de 1819
Querido primo: he recibido y entregado a Merced la contestación de su tío y, según parece, no quiere este soltar más de las 100 pecetas ofrecidas. Da sus rasones, pero creo sería combeniente averiguar la cosa. Antes de marchar veré a Merced a fin de saver lo q[u]e resolverá.
Tu tía Falguera regresó de S[a]n Feliu y, tal es la gracia q[u]e tiene aserca de la gente q[u]e la rodean, que sus dos criadas se han marchado en un mismo día después de haverle cantado bastante claro la cartilla, de lo q[u]e me alegro, pues desde q[u]e me digistes q[u]e te havía escrito en los términos q[u]e lo hiso, te confieso q[u]e poco interés me inspira la dichosa s[eño]ra. Las de casa Llaurador me han ablado de ti varias beces y creo q[u]e una de·[e]llas te escribirá p[o]r este correo. Es regular te able de d[o]ña Gracia, a quien visité ahier tarde. Me pregunto si havía recibido carta tuya y, haviéndome preguntado lo q[u]e me decías, le contesté q[u]e solo me ablavas de mis asuntos. En·fin, querido Miguel, en quanto a tu regreso, nada te puedo aconsejar, pero refiriéndome a mi anterior, te diré que de qualquier modo q[u]e salgan mis asuntos y sea el destino q[u]e me dé Dios, puedes mandar con franqueza y amistad a este primo q[u]e te ama de corazón.
Antonio
[P.D.]: Nada de resuelto en quanto a mis asuntos y temo q[u]e con dificultad podré lograr se resuelva mi tío. En·fin, Dios me dará lo q[u]e más conbenga.