S[a]n Feliu, 10 diz[iembr]e de 1808.
Estimado padre mío y señor: en la tarde del miércoles p[róxim]o p[asad]o entré en los primeros exámenes, según se lo escribí a v[sted], de los que salí con lucim[ien]to. Ayer hice la relación de proceso y examen ante los s[eño]res de la comición de justicia y esta mañana, a las dies, con otros dos compañeros, he prestado el juram[ien]to de agregación en la sala de la Junta Superior, en manos del Ill[ustrísi]mo obispo de Bar[celo]na , vicepresidente de ella. Creo que v[ste]d se alegrará que haya salido ya bien con mi pretención y fin de mi carrera <y> logro de mi carrera, en la que tendré siempre el mayor cuidado en complacerle y portarme como a buen hijo y abogado que cumple honrada[men]te su oficio.
Mañana, según me lo han prometido, se me dará el título o despacho de abogado y, a la primera ocasión que se me proporcione, regresaré a esa villa, como lo deseo ya vivamente p[ar]a estar con la en compañía de v[ste]d y demás de casa.
No sé si me alcanzará el dinero p[ar]a el viage, en todo caso, veré de un comp[añer]o que me lo preste o v[ste]d pagará al que me acompañe en esta.
Sabrán ya por aquí que el castillo de Rosas está bolado o der[r]uido por los ingleses y los nuestros que se han refugiado a la villa, donde se mantienen. El gen[era]l Reding marcha al Ampurdán con 1200 hombres de infantería y 400 de caballería. El ex[érci]to de acá sigue del mismo modo y no se sabe aún q[uán]do será el ataque general.