Albacete, 2 de julio de 1813.
Mi muy venerado y estimado padre·de mi corazón: ya abrá v[uestra] m[erced] visto por mis anteriores que la Regencia, después de abernos facilitado trezcientos y cinquenta hombres y ciento y ochenta caballos potros de la Andalucía, ha mandado que se reúna al regim[ien]to la partida de Márquez que estaba en la Andalucía y, igualmente, los trez esquadrones de cazadores de Jaén que se abían formado en la presente guerra en dicho reino, quedando estos abulidos o extinguidos y el regim[ien]to de Santiago completo de hombres y caballos según el nuebo reglamento que ha puesto el generalísimo Veligton.
El reglamento nuevo es que todo regim[ien]to de cab[allerí]a, tanto de línea como de úsares y dragones, deve constar·de ocho compañías de ochenta y un hombre[s] cada una y de setenta y un caballo, un capitán, teniente y alferez, un fur[r]ier y quatro sargentos y diez_y_séis cabos por compañía, de modo que el total de un regim[ien]to deve ser de seisciento[s] quarenta y ocho hombres y de unos seiscientos y veinte caballos con los de los oficiales. Nosotros, con los que nos vienen de·los úsares de Jaén y los que en el día tenemos ya, compondremos seis_cientos y onze caballos, el más viejo de ocho años, y nuebecientos sesenta hombres, de·los quales devemos quedarnos el completo para el todo del regim[ien]to y, los sobrantes, darlos al regim[ien]to de Farnecio, que se va también a completar muy pronto.
El generalísimo Veligton ha mandado que todos los regim[ien]tos nuebos se extingan y de estos se completen los regim[ien]tos viejos. Igualmente que se extingan todas las partidas sueltas, tanto de cab[allerí]a como de ynfantería, de modo que los partidarios están bramando. Ya se han extinguido por aquí los úsares de Andalucía, los úsares de Castilla y los úsares de Jaén, los de Cuenca y muchas partidas. Por todo este mez de julio estará mi regim[ien]to completo de un todo y con soldados que todos son granaderos. Solo falta que a los oficiales no nos agan alguna injusticia.
El regim[ien]to a primeros de agosto tiene que salir a campaña y, como estamos destinados al segundo exército, espero que, por todo el setiembre, nos veremos, pues los franceses están ya perdidos de un todo y no les queda otro arbitrio que escaparse los que puedan a Francia. Los de Valencia van a marcharse de oy a mañana y Suchet, por más que aga, no puede hacerse fuerte en ese Principado, pues por Aragón vienen a auxiliar al exército nuest[r]o de esa provincia 30 mil hombres y nosotros, con el segundo y tercer exército que está destinado también para venir en esa, compondremos unos quarenta y cinco mil hombres que los unos, por un lado, y los que vienen de Aragón, por el otro, juntaremos un exército de setenta a setenta y cinco mil hombres, los quales pronto, si Dios quiere, les sacaremos a todos los franceses de esa provincia y hiremos a Francia a robarles lo que tienen por allá y lo que nos quitaron ellos por acá.
Padre, por Dios, escríbame v[uestra] m[erced] cómo están vstedes y, si no ha enviado v[uestra] m[erced] la onza de oro que en mis trez anteriores escribí y supliqué a v[uestra] m[erced], envíase por conducto de Ygnacio Girona y este, por el s[eño]r Pau Antón Estruch, q[u]e está en Palma, a la s[eño]ra d[oñ]a María Dolores Arazil, muger de un oficial compañero mío que ya le escribí a v[uestra] m[erced] me abía echo el fabor de sacarme del apuro en que me allava en el setiembre del año pasado. Envíasela v[uestra] m[erced] pronto, por Dios, pues su marido está todos los días apretando y diciéndome que su muger le escribe que todavía no la a cobrado y que está con nececidad, por lo que espero que me hará v[uestra] m[erced] quedar bien y me avisará v[uestra] m[erced] luego que se la aya v[uestra] m[erced] mandado, suplicándole a v[uestra] m[erced] que sea pronto. No le molestaría a v[uestra] m[erced] tanto si no estubiesen las pagas como están, pues, si me hubiesen pagado alguna paga entera siqueira, yo la hubiera pagado ya, pero no puedo por ningún estilo y bastantes trabajos me veo para comer y hacerme alguna prenda, la más presisa, pues todos los meses no nos dan más que un tercio de la paga y las raciones malas.
Mil abrazos a los ermanitos y mande v[uestra] m[erced] a su hijo que tanto le ama de corazón y verle desea,
Gaspar María de Jover