Tárrega, 24 oct[ubr]e de 1815.
Adorada y amada L…: solo remitiéndome a la esperiencia del tiempo, podré hacerte conocer quánto te amo y la gran dicha que siento en ser correspondido.
Con enbeleso mío leo y beso tu favorecida carta del 22 de este mes, en que, contestando a mi anteced[en]te del 8, me dices que te tienes por feliz con mi estimación y, acceptándome la palabra de casam[ien]to que te tengo dada, me correspondes con otra igual, asegurando que me quieres de corazón. El mío, inclinado a ti desde mi primera juventud por las gracias y méritos que te he visto crecer desde tu infancia, no puede ni ha aspirado tener mejor fortuna que la de comunicarte su favoroso amor y lograr unirse con el sagrado vínculo a que consientes.
No dudes, pues, de·la certesa de que mi corazón será el más fuerte y poderoso en amarte, haciendo el debido aprecio de·tu hermosura, juicio y virtud y, puesto que el mayor bien del mundo consiste, sin duda, en el mutuo vivo y constante amor de dos consortes, lo disfrutará, mi muy amada Luisa, pues sinte y sé que su perpetua felicidad es ser tu querido y todo tuyo.
Tu más amante de corazón y humilde serv[ido]r,
R[amón] M[aría] d[e] J[over]
[Nota:] entr[ega]d[a] [el] 25 por la no en su casa.
Mi estim[ad]a d[oña] L[uisa] d[e] V[ial]a
La ermosura de que el cielo te ha dotado,
Unida a tu buen juicio y porte honesto,
Igualan a lo mejor de lo criado,
Siendo seguro que quede de amor preso
Al insante quien logre conocerte,
De tus ojuelos bellos ojuelos y dulce habla,
Embelesado el mundo se gloria verte
Viendo, pues, tu mayor amante tanta gracia
I pudiéndose creer correspondido,
A su fortuna ufana está creído
Lograr con el afán de sus desvelos
A su corazón dar siempre consuelos