Ézija, 26 marzo de·1817.
Mi muy querido e ydolatrado hermano: abiéndonos comunicado la orden de que el reg[imien]to deve quedarse de guarnición a·esta ciudad, los s[eño]res del·Ayuntam[ien]to de la dicha, como buenos andaluzes, al momento de recibida la ref[erid]a orden, nos han plantado la de que todos los s[eño]res oficiales nos buscásemos casa por nuestro dinero, pues que así lo han verificado todos quantos reg[imien]tos han estado de guarnición en esta. Y sin embargo de que ha hecho presente el cuerpo lo muy atrasados están todos los s[eño]res oficiales en atención de no tener sus pagas corrientes, no abido más remedio que el de aberse arreglado cada uno de la manera que ha podido. Costándonos un dineral las dichosas casas. Por lo que abiéndonos establecido y puesto mi casa formal en esta, que dista ciento setenta y ocho leguas de esa, cuya larga distancia me priva de poder pensar en hir a esa mientras estemos en este destino, del·qual regularmente tardaremos algunos años en salir, y pareciéndome muy regular, supuesto que los doz hemos tomado ya estado, de que aclaremos y arreglemos el dote que a mí me corresponde como a hermano verdadero tuyo, te suplico que me agas el fabor de ver con reflexción los testamentos de nuestros venerados difuntos padres, que en paz descansen, y, penetrado del contenido de aquellos, me·digas qué es lo que a ti te parece en conciencia que me corresponde y de qué modo quieres dármelo, para lo que·te·advierto que no tienes que decirme que nombre yo algun sujeto para que vea los ref[erido]s testamentos y que después arreglaréis los doz lo que conoscáis me corresponde, pues desde haora te digo que no quiero nombrar a nadie y sí quiero que entre los dos nos arreglemos y convengamos como buenos hermanos, para lo que igualmente te advierto que tengo visto ya el testamento de madre, que en paz descanse, y, el de padre, aunque no lo leí con reflexción, me acuerdo en los términos que está echo, por·lo·que tú, penetrado del contenido de aquellos, dime qué es lo que te parece me corresponde y en qué términos quieres dármelo, pues no creo que rinñamos [sic]. A mí me conviene más el tomar lo que tengas que darme en metálico, supuesto que yo no he de venir a vivir a esa y sí, quando me retire, hirme a Belmonte, donde tiene mi muger su casa y hacienda, para lo que tú puedes señalar los plazos que te·parescan en caso de acomodarte el darme lo que sea en dinero y, si·no, desde luego puedes señalarme la finca que conoscas vale la cantidad que a mí me corresponde. Te advierto igualmente que el olivar del Mor no me acomoda por ningún estilo, pues ya te acordarás que así te lo escribí y que por solo el asumto consabido te suplicaba me hicieras escritura in nomine del ref[erid]o olivar, del qual te haré una contra_escritura en los términos que a ti te·paresca y puedes, quando quieras, enviarme un papel del modo que quieras que te aga la contra_escritura ref[erid]a, de manera que en esta no tenga yo más que copiar la ref[erid]a minuta.
En esta ay una sequedad muy grande, la que creo es general, pues de Belmonte me escriben que es tan grande la sequed que ay por allí que, de las tres partes de·los sembrados, las dos, están ya enteramente perdidos. En esa de Cataluña, según he oído a decir, está lo mismo. Todo sea por Dios. En este país ya no podemos aguantar el calor, a pesar de hir ya vestidos de verano, de manera que estamos temblando que llegue el mez de julio y agosto. Mariquita continúa disfrutando su felizícimo embrazo [sic] y, tanto ella como yo, gozamos de cabal y completa salud, la que nos alegraremos disfrutéis todos los de·casa. A Dios, da exp[resione]s de parte de Mariquita y mías a Luisita, Sumptita, Pablito, d[oñ]a Ant[oni]a y parientes y tú recibiéndolas a medida de tu gusto. Manda quanto gustes a este, tu verdadero hermano, que te ama de todo corazón.
Gaspar M[arí]a de·Jover
A M[arí]a Ygnacita, dale una dozena de bezos p[o]r Mariquita y otra por mi.