Pons, 17 feb[re]ro de 1801
Muy s[eño]r mío y dueño d[o]n Fran[cis]co: antes de contestar a·la apre[ciadísi]ma de v[uestra] m[erced] de 10 del p[rese]nte he querido practicar todas las dilig[encia]s imaginables, tanto en esta igl[esi]a como en otras partes, en busca de lo que se le offr[e]ce para salir del apuro en que se halla y siento tanto, pero, amigo, es este rincón de mundo en el día tan mísero y perdurables que ni 4 quartos se enquentra para remediar las urgencias de los pobles labradores y infinitos otros muchos que continuam[en]te buscan y nada encuentran y no sé en qué ha de venir a parar esta escasez de dinero.
Si v[uestra] m[erced] ne hubiese echo este encargo antes de entrar al invierno le aseguro que había quedado servido y tal vez sin necessitar el favor de nadie, pero en el día puede v[uestra] m[erced] quedar cierto que las urgencias de mi casa paterna, otros parientes y amigos me han dexado tan exausto que me veo precisado a vender de poco en poco mis frutos (aunq[u]e baratos) para mi manutención diaria. Si en lo succesivo se me presta alguna proporción le aseguro que no me olvidaré.
Siento mucho, amigo, tener q[u]e escrivirle sin haberle podido complazer y, repitiendo mis debidos respetos y obed[ienci]a a mi señora d[o]ña Ant[oni]a, quedo de v[uestra] m[erced] s[iem]pre amigo y seg[u]ro serv[id]or b[esa] s[u] m[ano],
Raf[ae]l Salsas, pr[es]b[íte]ro
M[uy] s[eñor] m[ío] y dueño d[o]n Fran[cis]co de Niubó