Barcelona, 2 de junio 1819.
Estimado Ramón M[arí]a: he recivido tu carta con el mayor aprecio. Celebro os mantengáis buenos y q[u]e mi querida sobrina se mantenga gorda. Yo siento mucho el estar privada de sus gracias, dale mil abrazos de mi parte y dile q[u]e la tía le traerá una cosa muy bonita a fin de q[u]e no se olvide de mí.
He sentido mucho que Pablo os de q[u]e sentir. Tú tienes todas las facultades para corregirle y castigarle si es menester y lo deves hazer de todos modos. En primer lugar, por ser tu herm[an]o, por ser tu haijado y, sobre todo, por el encargo te hiso en los últimos instantes de su vida tu digno padre, mi estimado esposo, q[u]e en paz descanse, y, así, espero no me negarás este favor a los muchos q[u]e me as dispensado.
He mirado las sillas y, de las más sensillas pero de moda, quieren 4 p[eseta]s, 4/2. Tanto quieren de las pequeñas como de las grandes y, por lo regular, las hazen todas de una medida, esto es, ni pequeñas ni grandes, y así determina lo q[u]e más te acomode y escribe. Madre y demás os saludan con el mayor cariño y, con el mismo, soy buestra apacionada ermana q[u]e os ama de corazón,
M[arí]a Antonia de Jover